El Este de Barquisimeto: al borde del precipicio

Al borde del precipicio: así se encuentra el Este de Barquisimeto. Y hoy te contamos por qué.
Barquisimeto es una ciudad predominantemente llana; cimentada sobre una meseta amplísima solo se quiebra al sur y al norte; pero en general, la ciudad atraviesa de este a oeste sin experimentar cambios bruscos de relieve. Eso permitió que el trazado urbano se desplegara en forma de cuadrícula, casi inalterablemente en su progresiva expansión; una ventaja sobre otras ciudades del país que carecen de conexiones tan eficientes como la nuestra.
Pero no venimos a dar cátedra de urbanismo, sino a distinguir una cualidad que tiene Barquisimeto y que puede ser consecuencia de su trama urbana y es que no solo es llana por el suelo, sino que su gente también es llana y por eso es que resulta bastante complejo admitir qué zona de Barquisimeto le corresponde a una “clase social” determinada.
En el pasado reciente, mientras más cerca del Parque Ayacucho ibas, más casas estupendas, de solares amplios y arquitectura afrancesada encontrabas; lo que hoy es centro-oeste de la ciudad era una zona exclusiva; las propiedades alrededor de la Plaza Francisco de Miranda y en torno a la Avenida Rotaria dan muestra del esplendor de una época y lo mismo pasa con los alrededores de la Biblioteca Pio Tamayo y la Avenida Los Abogados. La fachada de estas zonas debería ser considerada patrimonio de la ciudad y de no ser porque algún descuido ocasional, no tendrían nada que envidiarle a zonas más recientes como El Pedregal o Barici.
Es este patrón, de ser una ciudad sencilla, la que le otorga a la ciudad, en mi opinión, su cualidad más notable: su igualdad; una homogeneidad repartida de este a oeste que quizás con el tiempo ha dejado de ser percibida por muchos, tal vez por la inmigración de otras identidades más radicales en cuanto a su “lugar” en la ciudad.
Si uno visita cualquier ciudad en el mundo, se da cuenta que sus negocios crecen, abren nuevas sucursales, convierten a la ciudad en su mensajera y la adornan por todos sus lados.
Una de las razones para abrir una sucursal, es la de ofrecer a otros clientes la posibilidad de encontrar el negocio (ampliar el radio de atención; si esa sucursal tiene una filosofía distinta a la del negocio original, entonces otra razón para abrir fuera del radio, es no confundir a los clientes (y penetrar otros nichos de mercado); sin embargo en la ciudad existe un caudal de marcas, sobre todo pertenecientes al gremio de la restauración, que han decidido abrir, literalmente, a la vuelta de la esquina; no las nombraremos porque cada confío en que será capaz de reconocerlas, pues no es una sola, se ha vuelto una moda.
Como ya lo dije antes; Barquisimeto es una ciudad amplia, su mercado es amplio, su poder adquisitivo se reparte casi equitativamente por toda la ciudad y sin embargo es el este, que coincidencialmente se ubica al borde del precipicio, el punto focal; obviando olímpicamente al resto de la ciudad y generando una desolación que es la causa de la mala fama de otras zonas.
Incluso marcas nacidas aquí, que hoy son nacionales, como una cadena de tiendas de conveniencia y farmacia muy reconocida, ha construido desproporcionadamente sus sucursales al este de la ciudad y de muy buen fuente sabemos que tienen un nutrido público en el oeste, que no satisfacen eficientemente.
La ciudad está llena de oportunidades que debemos aprovechar, pero es necesario apartar prejuicios, deslindarnos de esas odiosas imitaciones que hacemos de otras capitales y ser fieles a la distintiva identidad larense, tan llana como su capital.
Andres Cordoves
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Amante de la ciudad, Publicista, Escritor y Foodie Pasteurizado. Director de Inteligencia de El Bar Creativo